El pasado sabado 31 de Octubre fue la noche de Halloween. Es cada vez más frecuente que en esta noche, tradicionalmente previa al día de los santos, o de los muertos, o de los difuntos (se diga como se diga), se implanten nuevas celebraciones hace mucho no existentes. No es extraño por tanto, ver esa noche a niños disfrazados pidiendo caramelos al grito de guerra de "truco o trato". Alemania no es una excepción a esta tradición hasta hace poco americana (a pesar que la tradición saltó de Irlanda a EE.UU hace ya más de un siglo), y no es extraño ver calabazas cuidadosamente decoradas con extrañas caras o niños convenientemente disfrazados de fantasma, monstruo, o brujo de turno.
Sin embargo, aquí, en Tübingen, en la noche de Halloween se celebra una interesante iniciativa. La piscina, cubierta claro, permanece abierta toda la noche por una buena causa. La compañía que se encarga de la energía en esta ciudad dona tres euros por cada kilómetro que se nade desde las 17h hasta las 7h del día siguiente para una obra benéfica. En un primer momento, puede parecer que la recaudación no sea exagerada, pero hay mucha gente dispuesta a nadar. Son muchos los que llegan hasta los 10km, o más. Es el caso de un amigo del equipo de triatlón, que el pasado sabado estuvo toda la noche en el agua para llegar a los 17 km.
Desde luego, para los amantes del agua es un modo diferente y muy atractivo de pasar la noche de Halloween olvidandose un poco de zombis y pensando en aquellos vivos que pasan por dificultades.
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