La legendaria cara Norte del Eiger, espectaculo que pude disfrutar el pasado Diciembre.


sábado, 15 de noviembre de 2008

La leyenda de Mallory e Irvine



El 29 de Mayo de 1951 dos hombres ponían por primera vez sus pies sobre la cima de la montaña más alta del mundo. Eran Edmund Hillary y el sherpa Tenzing Norgay, quienes después de varios intentos de la expedición británica, a la que pertenecían, por alcanzar la cima, lograban hollar la cima del Everest. Pero esa es una historia bien conocida. No está tan claro, sin embargo, de lo que suceció 29 años antes en ese mismo escenario.




Mallory e Irvine



Las primeras expediciones europeas al Everest datan de principios de los años 20. Ya en 1921 se producee la primera expedición británica al Everest. Entre su componentes se encontraba George Mallory. Aficionado desde niño a la montaña y a la escalada, se licenció en Historia en la Universidad de Cambridge para posteriormente dedicarse a la enseñanza. El objetivo de esta primera expedición era intentar reconocer las vías de acceso en busca de rutas hacia la cumbre. El año siguiente, 1922, otra nueva expedición británica volvía a las faldas del Everest. En esta ocasión, y después del reconocimiento del año anterior (en el que se cartografió con detalle la montaña), el objetivo era más ambicioso, y ya se pretendía hacer cumbre. La estrategía era seguir el método polar, que consistía en ir poniendo campos de altura según se iba avanzando. Los miembros de esta expedición, entre los que se encontraba nuevamente George Mallory, lograron establecer el record de altura, llegando a alcanzar los 8.300 metros. Unos días después de llegar a esta altura, Mallory organizó un último intento antes de la llegada del monzón. Sin embargo, durante la marcha de aproximación un alud arrolló al grupo matando a siete sherpas. Este trágico acontecimiento puso fin a la expedición.


Pero en Gran Bretaña alcanzar la cima del Everest se había convertido en "cuestión de Estado", y en Junio de 1924, sólo dos años después del último intento, otra expedición británica pretendía llegar a la cumbre. Mallory, que ya había participado en las dos incursiones anteriores, volvía a ser de la partida. Éste, apodado "Caballero Galahad", por su espiritu romántico hacia el alpinismo, consideraba antideportivo ayudarse de bombonas de oxigeno, sin embargo, conocedor de las difucultades que entrañaba la empresa que pretendía, decidió utilizarlas, a pesar de que debían acarrear un peso extraordinario.

El 6 de Junio de 1924, Mallory acompañado por el técnico de oxígeno Andrew Irvine, estudiante de Oxford y remero de esa universidad de tan solo 22 años, emprendían un nuevo intento de hacer cumbre por el collado norte, con la esperanza de llegar a la cima tres días después. Durante el ascenso se cruzan con Howard Somerwell, que les presta su cámara de fotos al desistir de su intento. Dos días después de salir del campo base, el 8 de Junio fueron vistos por última vez a unos 600 metros de la cumbre por Noel Odell (geólogo y componente de la expedición), que desde el campo base les seguía con el telescopio; "Toda la arista somital y la cumbre del Everest se hallaban despejadas. Mis ojos quedaron fijos en el pequeño punto negro que se recortaba en una cresta de nieve situada debajo de un resalte rocoso de la arista; el punto negro se movió. Entonces apareció otro punto negro que se desplazó por la nieve hasta reunirse en la cresta con el primero. Este se aproximó entonces al gran escalón rocoso y al poco apareció en lo alto; el segundo le imitó. Entonces toda aquella fascinante visión se desvaneció, una vez más envueltas en nubes...". Ya no se supo nada más de ellos.



Hasta ahí los hechos irrefutables. El resto es leyenda. Llegaron realmente a pisar el punto más alto del planeta? En 1933 se hayó el piolet de Irvine a unos 8.400 metros, bajo el primer escalón de la arista noroeste, y en 1999 una expedición encuentra el cuerpo de Mallory congelado a unos 521 metros de la cumbre. Tenía la tibia y el fémur de la pierna izquierda rotos.




Son muchos los que opinan que Mallory e Irvine alcanzaron la cumbre y fue en el descenso cuando perdieron la vida. Los partidarios de esta teoría se apoyan, especialmente, en dos datos: una de las hijas de Mallory siempre ha sostenido que su padre llevaba consigo una foto de su mujer con la intención de dejarla en la cima en caso de alcanzarla. Esa foto no fue encontrada en el cuerpo. Dado el excelente estado de conservación, existe la posibilidad de que lograra su deseo y esa foto descanse a 8848 metros de altura. Por otra parte, las gafas de Mallory se encontraban en su bolsillo cuando fue hallado, lo que indica que falleció de noche. Eso lleva a pensar que estaban descendiendo a última hora del día. Teniendo en cuenta donde y a qué hora fueron vistos por última vez, es muy poco probable que se encontraran fuera del campamento de noche sin haber llegado arriba.


Por otro lado, Noel Odell, que se cruzó con ellos cuando descendía de su intento fallido y les siguió desde la distancia en los campos de altura más bajos, siempre ha mantenido creer haberlos visto encima del segundo escalón, que es el paso de dificultad técnica más alto del mundo a tan solo 240 metros de la cima, y que actualmente se supera con una escalera metálica que colocó en el año 1960 una expedición china.


Sin embargo, son otros muchos los que piensan que es imposible que Mallory e Irvine, lograran superar el segundo escalón del collado noreste, máxime si se tiene en cuenta el tipo de calzado e indumentaria que vestían y que llebaban a la espalda unos equipos de oxigeno que oscilaban entre los 20 kg de peso, y que de haber llegado a los pies del segundo escalón, era demasiado tarde para continuar con verdaderas perspectivas de éxito.

Sea como fuera. Alcanzaran o no la cima. Me quedo con el espiritu de superación de Marolly e Irvine. Con su concepto romántico de montañismo y amor a la montaña, maxime en las condiciones actuales en las que se encuentra el alpinismo, en buen grado mercantilizado y "falsificado" por un sinfín de ayudas externas, que no buscan más que la cima a cualquier precio.



Un día dos pioneros vestidos con chaquetas de lana y botas de cuero se adentraron donde no había llegado nadie, movidos por su espíritu de aventura, y la ambición de llegar a la cima más alta del planeta por una sencilla razón: "porque está ahí" (como contestó Mallory a un periodista americano a la pregunta de por qué escalar el Everest). Solo por eso merecen el respeto y el recuerdo. Desde luego mi admiración, y mi deseo que un día se pueda recuperar la cámara que Odell les prestó (no fue hayada junto al cuerpo de Mallory y el de Irvine permanece desaparecido aún, según técnicos de Kodak debido a la conservación por el frio las técnicas modernas permitirían revelar la pelicula) y se pueda verificar que realmente durante unos segundos Mallory e Irvine fueron los primeros hombres en poner los pies sobre el punto más alto del mundo.





Un saludo

lunes, 3 de noviembre de 2008

Frankfurt Marathon


Ayer Domingo 2 de Noviembre tuvo lugar la Maratón de New York. La maratón más importante y multitudinaria del mundo (40.000 participantes). Allí en la Gran Manzana se coronaron Paula Radcliffe, la plusmarquista mundial de la distancia, que ya suma tres victorias en New York, y el brasileño Gomes dos Santos, que sumó su segunda victoria en esta carrera y el único latinoamericano que ha conseguido ganarla.


Una semana antes, el pasado Domingo 26 de Octubre, participé en la Maratón de Frankfurt. Ocho años después de mi primera maratón y siete después de la última, decidí volver a participar en una carrera en la mítica distancia; 42.195 metros. Después de tanto tiempo, cuando recuerdo aquellas dos carreras no me queda más remedio que esbozar una sonrisa. Tenía 19 y 20 años respectivamente, en mi debut vestía pantalón corto de futbolista (del C.F. Muñopedro, el equipo de mi pueblo) camisa de manga larga y medias, ambos de jugar al fútbol. Calzaba unas zapatillas que estaban a medio camino entre zapatillas de fútbol, de paseo, o de cualquier otra actividad que no fuera correr. Al año siguiente, del atuendo descrito sólo varió la camisa, que pasó a ser una de algodón y manga corta, con un logo enorme de Pepe Jeans. El la primera hice un tiempo de 4 horas y 20 minutos, y en la segunda 3:48. La primera fue especialmente emocionante, claro está, por ser la primera, porque llegué a meta (algo que no estaba nada claro cuando empecé). Además, me acompañaron mis hermanas y me dieron mucho animo. Incluso una de mis hermanas se fue a Madrid desde Segovia espontáneamente y sin aviso para verme terminar la maratón. La casualidad se alió con nosotros y quiso que según entraba en la ciudad con el coche (llegaba muy tarde) me viera pasar corriendo.



Siete años después de aquella aventura, me planté nuevamente en la salida de una maratón. Seis semanas antes había cogido un plan de entrenamiento de Internet de 17 semanas para hacer una marca de 2:45:00, que era mi objetivo. Como no tenía tiempo lo modifiqué a mis necesidades y lo seguí a medias.





Como te colocan por el tiempo previsto, salí bastante delante, y pronto me encontré en un pequeño grupito, en el que corrí hasta la media maratón. El ritmo previsto era de 3:55 minutos el kilómetro. Pero en la primera mitad, fui algo más rápido, y pasé con un tiempo de 1:21:15. Un minuto más rápido de lo previsto. Desde ahí, el cansancio comenzó a hacer mella, y bajé mi ritmo. Del km 20 a 30, continué a un ritmo medio por debajo de 4 minutos el km. Y aunque, a partir del 30, iba un poco más lento, cuando llegué al km 35 estaba aún en condiciones de hacer 2 horas y 45 minutos. Pero los problemas llegaron a partir de ahí. Comencé a tener calambres en la parte posterior del muslo en ambas piernas. Algunos tan intensos que debía parar y estirar un poco para poder continuar. Estos 7 últimos kilómetros se me hicieron eternos. Pero finalmente llegué. El tiempo; 2:49:10. Un poco por encima de lo previsto, pero teniendo en cuenta todo el tiempo que perdí al final, lo doy por bueno.







En cuanto a la carrera. Destacar el gran ambiente. Había más de 20.000 inscritos en total, incluidos los relevos. El circuito pasa por las calles más importantes y céntricas de Frankfurt. Con lo que la presencia de público estaba asegurada. Me sorprendió bastante toda la gente que había, y bastante animada (para ser alemanes, que no son la alegría de la huerta). Muchas bandas de música y percusionistas. Algunos incluso sacaban sus altavoces a la calle con música típica alemana (que no sé por qué, pero siempre me recuerda a Bavaria). Teníamos el nombre escrito en el dorsal, y los españoles, o los hispanohablantes que por mi nombre se daban cuenta de mi pr0cedencia, me dedicaban un saludo o un grito de animo en español. Esto verdaderamente se aprecia mucho. De todos modos, todos dan mucho apoyo. En mi caso tuve un calambre a trescientos metros de meta que me obligó a parar y la gente no dejaba de gritarme; "weiter, weiter, ..." (sigue, sigue). Además, yo tuve a los padres de Anais (viven allí) y a Anais que me apoyaron durante el recorrido. Anais me acompaño en la bici buena parte del recorrido, y se lo tengo que agradecer, porque me vino muy bien. Pero no sólo por eso, sino por las seis semanas que me ha estado acompañando en la bici mientras yo entrenaba. Me marcaba el ritmo (más despacio, más deprisa, etc), y me iluminaba el camino porque muchos días tenía que salir ya con la noche.



Quizás lo más emocionante de esta carrera es la meta. Se llega a un pabellón bastante grande iluminado con luces de colores, confeti, música y atestado de gente. Diez segundos muy emocionantes. Merece la pena las tres horas anteriores de sufrir un poco para vivir esa llegada.

Espero que la próxima vez no tenga que esperar otros siete años.



Un saludo


Jose